Más de 550 familias en las majestuosas comunidades montañosas que rodean la ciudad de Ataco, El Salvador, cuyo único medio de vida es trabajar en las plantaciones de café cuando los granos están en cosecha. Su existencia diaria estuvo determinada por el dinero que estaba perennemente escaso. Los desafíos de vivir con casas con techos de hojalata, pisos de barro, sin agua corriente ni electricidad, y tener que depender de la tierra para alimentarlos hasta la cosecha. Estaban encantados de recibir un suministro de alimentos no perecederos para un mes, mantas abrigadas, suéteres y productos básicos de higiene. El amor abrumador brilló a través de todas sus dificultades con la emoción extrema de que sus hijos recibieran zapatos, chaquetas y los desafíos de golpear las piñatas llenas de dulces. El estudiante voluntario de IHSCA, Jake, dijo: ``No apreciamos las cosas simples que tenemos sin las que sufren los niños pobres, la felicidad en sus caritas era tan abrumadora ''.
Nuestros estudiantes de IHSCA empacaron más de 500 paquetes de alimentos junto con kits de higiene que se entregaron a las comunidades montañosas remotas. También hicimos un viaje para visitar un orfanato local para regalar juguetes y nuestros elementos básicos básicos a los niños. Esta experiencia abrió los horizontes de nuestros estudiantes para proporcionar más iluminación y crecimiento. Fueron recompensados con gratitud, amistad, hospitalidad e impresionantes vistas de la costa y las montañas. ¡La experiencia fue una encarnación de lo que somos como escuela! ¡Hasta el próximo viaje!